Ideas y trucos para vestir y decorar tu cama perfectamente
Con el paso del tiempo y casi sin darnos cuenta, mantas, cojines, libros, ropa o incluso juguetes pueden terminar formando un conjunto desordenado que le resta identidad a cualquier dormitorio y le quita importancia al elemento principal: la cama.
Para evitarlo, tienes que volver a dotarla de la personalidad que el desorden o el descuido le han quitado. De ti depende que tu cama sea una más, o que sorprenda por su elegancia y originalidad. ¿Quieres saber cómo conseguirlo? Entonces presta atención a estos prácticos consejos.
Escoge los tamaños adecuados
Puede parecer algo obvio, pero tanto escoger el tamaño adecuado de la cama como adecuar las dimensiones de sus complementos textiles son cuestiones vitales para que todo esté (y parezca) en su sitio.
Si hablamos de una habitación con una cama de matrimonio, su medida estándar es de 135 centímetros de ancho por 180 centímetros de largo. En ese supuesto, la colcha o el edredón no deberían superar los 150 centímetros de ancho por los 200 de largo, para que las proporciones y la imagen que se proyecte sean óptimas.
Lógicamente, las almohadas y los cojines también deberán concordar con el tamaño del dormitorio y de la cama.
Combina los textiles de la cama con las cortinas
Otra acción que te ayudará enormemente a conseguir armonía en el dormitorio a través del uso de los diferentes textiles es combinar los de la cama con los de las cortinas, para crear un conjunto único e inimitable.
Esto, básicamente se consigue colocando el mismo color o estampado en la totalidad o en una parte de las cortinas y de algún elemento textil de la cama, como pueden ser los cojines, las mantas, o incluso el edredón o la colcha.
Combinar es siempre una apuesta ganadora, tú eliges de qué forma.
Centra toda la atención en el cabecero
Otra opción para conformar un espacio agradable a través de los textiles del dormitorio consiste en transformar al cabecero en en el centro de la composición y, a partir de él, colocar cojines, sábanas u otros elementos que generen una tranquila transición.
Por supuesto, cuando hablamos de cabecero nos referimos también a la pared que se sitúa justo detrás de la cama. Y es que es cada vez más frecuente que se prescinda físicamente de este elemento y, en su lugar, se le aporte a la pared el toque especial que haga innecesario añadir nada más.
No dejes que las patas del sommier queden visibles
¿No te parece completamente antiestético verle las patas al sommier de la cama cuando entras a un dormitorio? Entonces, no dejes que eso ocurra en tu habitación. Si tu cama es alta o si cuenta con unas patas bien largas y visibles, tan solo deberás escoger sábanas, colchas o nórdicos lo suficientemente largos como para que estas no queden a la vista.
Eso sí, ten en cuenta que estos textiles tampoco deberán ser demasiado largos, pues que cuelguen por el suelo, además de ser también antiestético, es antihigiénico. ¡Sus bajos se llenarán de polvo y suciedad!
Decora con una manta a los pies de la cama
Colocar una pequeña manta o un plaid a la cama puede darle calidez y un toque muy original. La ventaja del plaid, además, es que sus dimensiones te permitirán decorar tu cama sin sobrecargarla, ya que tiene un tamaño mucho menor que el de la cama y es mucho más ligero.
Para hacerlo perfecto, coloca la mantita o el plaid a lo largo de la mitad inferior de la cama, ni más arriba ni más abajo, y completamente simétrico de lado a lado. Y es preferible que su color sea diferente al de la colcha o edredón, pero que combine a la perfección con él.
Coloca un conjunto armónico de cojines sobre la almohada
El cojín no es únicamente un objeto funcional, que puede resultar útil a la hora de apoyar otros objetos o para elevar la altura de nuestra cabeza y espalda cuando estamos leyendo o viendo la televisión. También es un elemento decorativo y, como tal, hay que elegirlo correctamente.
Siempre teniendo en cuenta la decoración general del dormitorio, combina tamaños, formas, colores, estampados y hasta texturas. Hazlo con equilibrio, y colócalos siempre sobre la almohada y a su alrededor, en orden. Recuerda también que puedes renovar sus fundas cada vez que quieras darle un nuevo aire a tu dormitorio.
Divide la cama en varias capas
¿Eres de los que cree que sólo más es más? Entonces decántate por vestir tu cama con varias capas de textiles. No solo lograrás con ello tener una cama mucho más bonita, sofisticada y con personalidad, sino que le aportarás presencia y profundidad, tanto a la misma cama como a la estancia en general.
La composición más socorrida es la formada por unas suaves sábanas, la colcha o edredón, los cojines a la altura de las almohadas y una pequeña mantita por encima. Sin embargo, existen tantas posibilidades como camas diferentes.
Sé original y combina diferentes texturas y colores
Para que tu cama sea el auténtico centro de atención del dormitorio, atrévete a mezclar colores y texturas en ella. Solo tú y tus gustos marcáis los límites.
No obstante, debes conocer un par de premisas que te ayudarán a no sobrecargar la decoración de tu habitación a la hora de combinar varios tonos y estampados. En primer lugar, si quieres partir de una zona neutra, lo ideal es que esta se encuentre en la base de la cama, es decir, en las almohadas y en las sábanas o la colcha.
Y, en segundo lugar, la recomendación es que no uses más de cuatro estampados o prints diferentes, y que no incluyas más de 3 colores distintos en los textiles de tu cama.
Opta por estampados atrevidos, solo en habitaciones grandes
A muchos nos encanta ser atrevidos en la elección de los estampados de la ropa de cama, pero ello es especialmente conveniente solo en los dormitorios de grandes dimensiones.
¿El motivo? En los más pequeños, estos elementos tenderán a empequeñecerlos todavía más e, incluso, a generar una sensación de saturación o agobio.
¿Buscas serenidad? Usa colores suaves
Otro punto clave a tener en cuenta es el que tiene que ver con las sensaciones que transmiten los colores de los textiles de tu cama. Vístela con tonalidades suaves si buscas generar un ambiente de calma y serenidad, algo que suele ser habitual al tratarse de la estancia del hogar que utilizamos para descansar.
La máxima representación de esto es el uso mayoritario del blanco, un color que ha demostrado transmitir grandes dosis de tranquilidad allá donde se utilice. Si te gusta el blanco, prueba a componer un look total white en tu habitación, sin olvidarte de romper la monotonía y la frialdad con algunos toques de color, más o menos discretos.
Adapta tu cama a cada época del año
Muchas veces se nos olvida, pero la cama y sus textiles deberían cambiarse con cada época del año. Y no nos referimos únicamente a cambiar la fina colcha por un edredón, sino a los colores (suaves en verano, intensos en invierno) y a los materiales de los complementos (por ejemplo, algodón o lino en verano y franela o lana en invierno).
Muestra tu cama siempre hecha e impecable
Por último, pero no por ello menos importante, recuerda mantener siempre tu cama en orden, bien hecha e impecable. ¿Quiere conocer la mejor técnica para conseguirlo?
Primero, con la cama deshecha, abre la ventana y deja que las sábanas y los cojines se aireen. Después, y comenzando por el lateral, recoloca primero la sábana bajera y después la encimera. Por último, cubre la cama perfectamente con el nórdico y deja cada uno de los cojines en su lugar.
Un truco: si quedan arrugas sobre la ropa de tu cama, prueba a pulverizar un poco de agua sobre ellas. ¡Desaparecerán!
Conclusión
Saber cómo vestir adecuadamente una cama es clave para que un dormitorio luzca perfecto y en todo su esplendor. Además, hacerlo es la mejor forma de transmitir tus gustos, tu personalidad y todas las sensaciones que quieres que presidan tu habitación.
Siguiendo estos consejos, seguro que consigues que el dormitorio se convierta en tu estancia favorita de la casa, y que incluso los invitados quieran descubrir más sobre él.
Este artículo te servirá de ayuda seguro, pero no olvides lo más importante de todo: ser fiel a tus gustos a la hora de decorar y vestir tu cama.