¿Cómo elegir las mejores sábanas? 10 Consejos Prácticos
Elegir las mejores sábanas no es una cuestión menor. Hay que tener en cuenta que el descanso es muy importante, y las sábanas son un elemento más de todos los que influyen en la calidad del sueño.
Se tiende a pensar que lo único relevante son el colchón y la almohada, pero también la ropa de cama merece toda nuestra atención.
Para estar seguro de haber escogido las mejores sábanas, tendrás que prestar atención a diversas cuestiones. Destacan, sobre todo, el número de hilos, los materiales con los que están fabricadas, sus acabados y sus medidas. Pero hay muchos otros factores, que vemos en detalle a continuación.
El número de hilos: ¿es importante o no?
Muchos creen que a mayor número de hilos más calidad tendrá la sábana. Sin embargo, se trata más bien de un mito que de una realidad. Otros, en cambio, opinan que nos encontramos ante una estrategia de marketing. Promocionar una sábana usando el argumento de que esta tiene más hilos por pulgada cuadrada es tan solo una técnica de venta más.
Ello no quiere decir que este factor no sea importante, sino que simplemente no es el único. Pero, si nos centramos en este apartado, y quieres darle cierta relevancia, has de saber que lo que sí viene determinado por el número de hilos es la suavidad o el tacto que tendrán las sábanas.
En concreto, si cuentan con entre 200 y 400 hilos por pulgada se considerarán sábanas más suaves. Mientras que si no llegan a los 200 no lo serán tanto, aunque esto no significa necesariamente que su calidad sea menor.
Pero, como ya hemos comentado, el número de hilos no debe ser el único factor determinante a la hora de decantarse por una sábana u otra. Entre otros puntos clave, cobran aún más importancia los materiales y los tejidos.
Elige bien los materiales de las sábanas
Muy en relación con el número de hilos que contengan las sábanas se encuentran los materiales con los que están fabricadas. Porque cuanto más largas sean sus fibras más fuerza tendrán al ser hiladas.
Aun así, no son pocas las ocasiones en las que los fabricantes han intentado manipular sus materiales y el conteo de sus hilos para aparentar que existe una mayor cantidad de ellos. Estamos, sin ninguna duda, ante técnicas fraudulentas y ante una publicidad ciertamente engañosa.
Si nos centramos en los materiales, aunque la mayoría de sábanas se hacen a base de algodón, no es este el único material óptimo si lo que se busca es la máxima calidad. Estos son los más habituales:
- El algodón: destacan especialmente el egipcio y el pima. El primero se considera de más calidad y es habitual que sea más caro, además de más confortable y duradero. Mientras tanto, el segundo es muy suave y brillante, y por supuesto más económico.
- El lino: se caracteriza por ser un material muy fresco, especialmente indicado para las noches más cálidas del año. Eso sí, prepara la plancha porque las sábanas hechas con este material se arrugan con mucha facilidad.
- Materiales sintéticos: aunque no son muy suaves ni transpiran demasiado, a cambio tendrás unas sábanas más económicas y muy resistentes. Pero, si se busca la máxima calidad, lo que se aconseja es que el material sintético que contengan las sábanas (como puede ser el poliéster), no supere el 50 % de la composición.
La textura o el tejido también es clave
La forma en la que es entrelazado, unido o combinado el material del que está hecho una sábana también es determinante para valorar su calidad. No en vano, el tejido de una sábana afecta de forma directa a su tacto, a su apariencia e incluso a su posible duración. Por supuesto, todo ello influirá también en su precio.
Como consejo, te recomendamos valorar la posibilidad de adquirir sábanas cuyo tejido sea el percal. Se trata de un tejido de tacto neutro y fresco que es cada vez más utilizado, aunque el satén le sigue muy de cerca. Este último se considera más cálido y suave.
La microfibra, por su parte, es bastante más densa, por lo que suele ser más complicado que unas sábanas con este tejido se arruguen o se estropeen. En cuanto a la franela, te ayudará en gran medida a mantener la calidez en los climas más gélidos.
Valora el proceso y lugar de fabricación de las sábanas
Muchos expertos afirman algo que puede parecer sorprendente: aun cuando se utiliza el mismo material, el mismo número de hilos y el mismo tejido, la calidad del producto final puede ser muy diferente, en función de dónde esté fabricada la sábana. Así, como ejemplos paradigmáticos, Francia e Italia son considerados dos países especialmente expertos en la confección de todo tipo de textiles.
Ello no quiere decir que el material no sea importante. De hecho, también se considera el algodón egipcio como uno de los mejores del mundo. No obstante, no ocurre lo mismo con los fabricantes de ese mismo país. En este sentido, la próxima vez que consideres una sábanas demasiado caras, te recomendamos fijarte en su lugar de origen. Es posible que ahí radique el motivo de su alto precio.
Como ejemplo, te vamos a hablar de uno de los procesos que no todos los fabricantes aplican a su producción de ropa de cama: la peinadora. Consiste en un procedimiento adicional, mucho más fino, en el que lo que se pretende es acabar con todas las impurezas.
¿Qué acabados son los más confortables?
Hemos hablado hasta ahora de la mayor o menor importancia de los hilos, de los materiales, de los tejidos y del modo en que una sábana es fabricada. Sin embargo, casi con total seguridad podemos afirmar que los acabados son la clave de todo. Actualmente, se llevan a cabo diferentes procesos con distintos objetivos que alteran esos acabados.
Por ejemplo, en muchas ocasiones se utilizan compuestos químicos para evitar que las sábanas se arruguen o encojan en exceso. Seguro que sabes que esto puede ser muy incómodo en el día a día. Sin embargo, estos procesos no naturales empeoran la calidad y disminuyen la vida útil de tus sábanas.
Por eso, te aconsejamos recurrir siempre que puedas a materiales y procesos de fabricación orgánicos.
Cambia las sábanas en función de la estación
Has de comprender que las sábanas no son textiles como las toallas o las cortinas. Nuestro cuerpo permanece en contacto directo con ellas durante horas, por lo que, como la ropa que nos ponemos cada día, deberán adaptarse en función de la época del año.
La principal razón de ello es que los materiales y su composición influyen de manera directa en la regulación de la temperatura. Por ejemplo, si quieres que circule más el aire y sentir algo más de fresco mientras duermes, lo mejor es decantarte por las fibras naturales.
Mientras que los materiales sintéticos impiden esa transpiración, conservando más el calor, y por eso son más aptos para los meses más cálidos.
También hay que tener en cuenta, sobre todo para saber cuántos juegos de sábanas comprar, que en verano se tiende a cambiar con mucha más frecuencia la ropa de cama. En invierno, sin embargo, se suelen aguantar más días con las mismas sábanas.
¿Cómo elegir las medidas correctas?
Muchas veces no se le presta a este punto toda la atención que en realidad se merece. No obstante, escoger unas sábanas que no se ajusten adecuadamente a tu cama y a tu colchón puede hacer que tu descanso no sea el óptimo. Especialmente si hablamos de las sábanas bajeras.
Piensa en lo incómodo que puede ser que esta sábana se arrugue bajo tu cuerpo mientras estás durmiendo. O que se desajuste del colchón por ser demasiado pequeña. Por eso, es clave que te fijes muy bien en el ancho y el largo de tu colchón. En ese sentido, estos son los tamaños más frecuentes:
- De ancho: las camas individuales suelen medir 80, 90 o 105 centímetros. Mientras que las dobles alcanzan los 135, 150 o 180. Estas últimas son las denominadas King Size.
- De largo: para niños, suele ser suficiente con que la cama mida 180 centímetros de largo. Mientras que, si son adultos los que usan la cama, esta deberá tener como mínimo 190 centímetros, aunque también las hay de 200 centímetros.
Como ves, hoy en día tenemos la suerte de disponer en el mercado de infinidad de opciones y medidas diferentes. Solo deberás tener en cuenta que las sábanas (tanto bajeras como encimeras) tendrán que ser solo algo más grandes que las medidas de tu colchón.
Presta atención a los cuidados y al lavado de tus sábanas
Cuidar adecuadamente y como recomienda el fabricante las sábanas es vital para que estas duren como nuevas más tiempo. Pero, en muchas ocasiones, los cuidados requeridos pueden resultar excesivos o demasiado exigentes.
Por eso, antes de comprar unas sábanas, asegúrate de que su lavado y sus cuidados no te parecerán, a largo plazo, demasiado pesados. Y ten en cuenta que no llevarlos a cabo puede provocar ciertas alergias, un descanso menos cómodo o una vida útil de las sábanas más corta.
Lo que sí es cierto es que, como norma general, hay una serie de cuidados que se entienden como básicos para todo tipo de sábanas. Son igual para todas las sábanas, y son los siguientes:
- Lavar las sábanas justo al adquirirlas, antes de usarlas por primera vez.
- En los meses más cálidos, lavarlas un par de veces por semana.
- Cuando no haga tanto calor, bastará con hacerlo una sola vez a la semana.
- No uses lejía ni otros productos abrasivos en el lavado de tus sábanas, como el cloro, pues pueden hacer que se desgasten de forma prematura tus sábanas.
- Elige ciclos de lavado intermedios o lentos, para no perjudicarlas.
- Siempre que puedas, déjalas secar al sol, para que su efecto ayude a desinfectar y blanquear tus sábanas.
Asegúrate de que tengan las mejores propiedades
Independientemente de la estación del año en la que vayas a usar tus sábanas, estas se entiende que deben tener una serie de propiedades para considerarse de la máxima calidad. Hablamos de:
- Transpirabilidad: especialmente importante cuando estamos en verano, disponer de unas sábanas transpirables nos permitirá no notar demasiado el sudor cuando estemos durmiendo, porque permiten pasar más el aire.
- Absorción:contener la humedad en la ropa de cama, impidiendo que tanto la superficie de esta como nuestra piel se perjudiquen, es también fundamental. Y se consigue con aquellas sábanas que tengan como propiedad la absorción.
- Evaporación: por último, esa humedad o ese sudor tendrá que evaporarse correctamente si no queremos tener que lavar la ropa de cama muy a menudo. Y no todas las sábanas ofrecen esta propiedad o valor añadido.
Se entiende, por tanto, que unas sábanas con estas propiedades son “inteligentes”. Pues ellas mismas reaccionan a los diferentes parámetros que te hemos comentado y ajustan su “comportamiento” a ellos.
¿Sábanas blancas o estampadas?
Puede parecer una cuestión sin importancia, pero no lo es. Las sábanas blancas, sin estampados, ni tintados, ni añadidos, son capaces de conservar mucho más las propiedades naturales y orgánicas de las sábanas. Por ello, aunque para otros textiles no es tan importante, en este caso sí te recomendamos optar por las sábanas blancas.
Ten en cuenta que el proceso de fabricación y producción de una sábana tintada de algún color o de varios será más largo y costoso. Por eso, además de ser más cara, también estará más tratada. Lo que significa necesariamente que se utilizarán más productos y tratamientos químicos.
Por lo tanto, si además de ahorrar considerablemente en la compra de tu ropa de cama, quieres ser más ecológico y respetuoso con el medioambiente, no dudes en decantarte por las sábanas blancas. Es un consejo que deberías priorizar frente a la compra de sábanas con fabulosos estampados, si quieres que estas duren más y su tacto sea más agradable.
Conclusión
Más de un tercio de nuestra vida transcurre en la cama. ¿No es este motivo suficiente para prestarle la atención que se merece a todos sus elementos? Después de leer todos estos consejos, seguro que la próxima vez que elijas sábanas para tu cama lo harás teniendo en cuenta todos los factores que influyen en su calidad.
Y es que unas sábanas de calidad, fabricadas con buenos materiales, transpirables, suaves y adaptadas a ti y a la estructura de tu cama pueden marcar la diferencia entre dormir y descansar.